Relajación y salud todo en uno, es un buen resumen de lo que nos puede ofrecer el quiromasaje, una de las técnicas de masaje más practicadas en la actualidad en los países occidentales.
Como explica Jesús Fontaneda, fundador, masajista y profesor en la Escuela Española de Quiromasaje de Cantabria, esta técnica es un compendio de varios tipos de masajes (masaje sueco, masaje turco, masaje oriental…) al que se añadieron una serie de manipulaciones novedosas que lo hicieron único y diferente. Los masajes manuales se vienen practicando desde hace miles de años, pero su evolución a lo largo del tiempo es lo que acabó desembocando en el quiromasaje, que tuvo sus primeros seguidores a finales del siglo XIX.
En este sentido, el quiromasaje se basa, según palabras de Fontaneda, en “la acción mecánica de las manos sobre la piel con unos movimientos -que denominamos manipulaciones- realizados con un ritmo y una velocidad determinada, y que tienen su efecto más inmediato sobre la piel, el sistema nervioso, el sistema circulatorio o el sistema músculo-esquelético, entre otros”.
Los tejidos blandos de los pacientes son movilizados por el quiromasajista con el objetivo de descontracturarlos, relajarlos o estimularlos. Las manipulaciones que realizará el especialista dependerán del objetivo del masaje.